El embalaje de tus productos tiene la función de que estos no sufran ningún inconveniente al momento de ser transportados ni al estar expuesto a condiciones ambientales. Por ello, si tienes una empresa y sueles almacenar en  bolsas tejidas de polipropileno o cualquier otro tipo de envase, debes cuidar el proceso de embalaje para garantizar que el contenido esté muy bien protegido. En Iberoplast te contamos un poco  más al respecto. 

Mucho antes de que se introdujera en el mercado el plástico de polipropileno (PP), convencionalmente se utilizaban bolsas de papel para el envasado de los productos. Este material, al ser poco resistente, causaba pérdidas y desperdicios de lo que se transportaba. Además, era vulnerable al deterioro ya que no proporcionaba un sello hermético después de ser abierto.

Sin embargo, a lo largo de las décadas, el embalaje ha evolucionado mucho y ha llegado a abarcar cualidades que protegen los productos, es fácil de manipular y se pueden identificar: 

• Factores físicos como manipulación y envío
• Factores químicos como la exposición a la humedad, el calor y otros componentes que podrían reaccionar con el producto.
• Factores biológicos como insectos, plagas, roedores, etc

Por lo tanto, un fabricante debe prestar atención no solo en el momento de distinguir la calidad de las bolsas tejidas de polipropileno, sino también en todo el proceso de embalaje. En ese sentido, el fabricante debe tener en cuenta los siguientes requisitos de embalaje:

• Debe tener la capacidad de proteger el contenido del deterioro y derrame. 
• Debe ofrecer protección contra las condiciones ambientales, especialmente la humedad
• Debe prevenir la infestación de insectos y el daño por insectos. 
• Debe ofrecer protección contra microorganismos. 
• Debe poseer las propiedades de resistencia necesarias para resistir los peligros mecánicos durante el transporte y almacenamiento. 
• Debe ayudar a vender con gráficos atractivos. 
• Debe ser económico y de fácil acceso. 

Las bolsas tejidas de polipropileno tienen todas las cualidades mencionadas y actúan como el producto perfecto de almacenamiento y envasado. Además, tienen una buena estabilidad de apilamiento y pueden ahorrar mucho espacio. Son más baratos que los tradicionales sacos de yute y extremadamente duraderos, ya que pueden apilarse debajo de un refugio simple y transportarse con un mínimo de derrames. 

Laminar o revestir las bolsas de polipropileno aumenta aún más la vida útil y la utilidad de un producto. Además, es importante elegir la mejor opción de empaque para un producto cuando este debe enviarse a largas distancias y, por lo tanto, es probable que varias entidades lo manipulen de manera aproximada.

El papel del embalaje en la gestión de la cadena de suministro

El embalaje juega un papel integral en la gestión de la cadena de suministro. Protege los productos de daños, permite su distribución eficiente, se comunica con los consumidores y es uno de los principales promotores de productos en un mercado competitivo. 

De hecho, el diseño de envases, también, es una forma de comunicación por sí y es un elemento fundamental en la creación de una identidad de marca eficaz.

Ahora, para lograr una gestión exitosa de la cadena de suministro, los sistemas de embalaje deben estar conectados con aspectos de marketing, logística, producción y medio ambiente.

La producción generalmente requiere un tamaño de empaque para todo tipo de productos con el fin de minimizar el tiempo y los costos de mano de obra. Los buenos envases pueden satisfacer todos estos aspectos a la vez que satisfacen las expectativas de los consumidores para crear el deseo de probar el producto.

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Mercado, flujo y medio ambiente

Los aspectos mencionados anteriormente, y algunos otros, pueden resumir el sistema de empaque en tres funciones principales que interactúan entre sí en la gestión de la cadena de suministro: mercado, flujo y medio ambiente.

La función de mercado es fundamental para el sistema de embalaje y tiene en cuenta aspectos como la distribución, el diseño, la comunicación y los aspectos ergonómicos que se suman al valor del producto y de la marca. Todo con el propósito de satisfacer a los consumidores y aumentar las ventas.

Por su parte, la función de flujo tiene en cuenta todas las características del embalaje que contribuyen a la fácil manipulación en la distribución. Esta función incluye los flujos de materiales internos, la logística de embalaje, las distribuciones, la eliminación, el desembalaje y la manipulación de devoluciones.

Sin embargo, en los entornos operativos actuales, estas innovaciones, también, deben tener en cuenta no solo las funciones de mercado y flujo, sino también un factor igualmente importante y cada vez más emergente: la función ambiental. Su objetivo es disminuir el impacto negativo del proceso de empaque en el medio ambiente, enfocándose en temas como usar menos insumos, mientras se logran los mismos resultados, reutilizando materiales y facilitando el reciclaje de dichos empaques.

De hecho, un número cada vez mayor de empresas eligen enfoques y técnicas respetuosos con el medio ambiente desde que quedó claro que los envases tienen una influencia sustancial sobre el aspecto medioambiental de la cadena de suministro.

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